Quizás hemos escuchado del estado financiero empresarial y nos imaginamos el concepto desde lo macro, pues hace referencia a los movimientos de capital dentro de una compañía. Sin embargo, también existe el estado financiero personal, muy importante para nuestra vida diaria. El mismo se refiere a la situación económica de manera individual. Hoy te ayudamos a aclarar conceptos en torno a este tema.
Definiendo términos
El estado de cuenta personal es una herramienta que nos permite determinar nuestra economía actual. A través de ella, podemos evaluar todos los detalles relacionados con la dirección del dinero que percibimos. Es una especie de mapa que muestra su recorrido y a dónde ha ido a parar. Generalmente, incluye un desglose con diferentes tipos de activos y pasivos de la persona.
En ocasiones, no se entiende su función e importancia, pero puede ayudarte a mejorar tus finanzas, encaminar mejor tus ingresos y dar prioridad a tus pagos.
En el estado financiero personal, podremos encontrar diferentes datos de interés a tomar en cuenta. No obstante, es importante entender los conceptos básicos para evitar confusiones y poder tomar decisiones asertivas.
Para crear un estado financiero personal, se requiere incluir un esquema de flujo de efectivo (ingresos y gastos). Toma nota de todo lo que recibes y la inversión que realizas. En la mayoría de los casos, no se sabe a ciencia cierta cuáles fueron los gastos y la cantidad utilizada. De aquí, entre otras cosas, nace la necesidad de esta medición. Una forma de lograrlo con mayor exactitud es revisando tus estados de cuenta de los últimos meses.
¿Qué encontraré en un estado financiero personal?
Pasivos y activos
Son elementos esenciales dentro de la contabilidad. A partir de ellos se elaboran los balances. Pueden medirse a corto y largo plazo.
Activos
Se trata de una inversión que genera ingresos constantemente. Se mantienen “en movimiento”.
Tipos de activos
Líquidos. Se definen de esta manera los bienes que pueden convertirse, rápidamente o a corto plazo, en efectivo. Por ejemplo, liquidez en cuentas bancarias, efectivo, acciones, cuentas por cobrar, ganancias, entre otros.
Personales. Son aquellos que forman parte de tus pertenencias. Desprenderse de ellas es un poco más complicado, por razones sentimentales o de utilidad; entre ellos, joyas, tostadoras, automóviles.
Inmobiliarios. Se trata de inmuebles que cuentan con un valor comercial y también pueden generar ingresos inmediatos.
Pasivos
Hace referencia a los gastos obligatorios que no pueden evitarse en el día a día y son constantes; por ejemplo, educación, alimentos, salud.
Tipos de pasivos
Circulante. Son las deudas y pagos que se vencen con rapidez; pagos telefónicos, condominio, luz, entre otros.
Fijos. También se trata de gastos pero con largos plazos, mayores a un año.
Luego de tener todos estos datos, se puede llegar al resultado final. Ahora conoces la importancia del estado financiero personal y lo que debe contener. Evalúa cada ítem hasta encontrar las debilidades. Si se te hace muy complicado, consulta con un experto en el área que, seguramente, facilitará la tarea y te dará los mejores consejos. En Hispanic Factor puedes encontrar la mejor asesoría en torno al tema. ¡Te esperamos!

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